El Paradigma

Euenio Cornide Cheda

 

 

                 La noción de paradigma ha desempeñado un papel importante en la historia y filosofía de la ciencia a partir de la obra de Thomas S. Khun (1962). En ella se estima que lo que se llama “ciencia normal”, esto es, ciencia tal como es entendida comúnmente, se desarrolla dentro de un paradigma, en el cual, y sólo dentro del cual, parece que se van acumulando los conocimientos; los hombres de ciencia van resolviendo los interrogantes que se plantean y con ello tienen lugar lo que estima ser un progreso. El psicoanálisis ha de considerarse científico no solo por la verificación de sus hipótesis y paradigmas, sino además por la eficacia de la relación entre el terapeuta y el paciente (Jeannerod, M.; Georgieff, N. ,2000). El sueño ocupa un lugar importante en esta relación siendo una estructura y un producto que permite la exploración de la vida mental y la intervención en la misma por parte del terapeuta.

 Hay discusiones relativas a la relación entre descubrimiento científico y justificación de la validez de las teorías científicas, con los consiguientes debates acerca del papel que puede desempeñar la psicología o la sociedad en el área de la “filosofía de la ciencia” y de la historia de la ciencia. También las discusiones se han establecido entre la cuestión de la estructura de las teorías científicas. Se discute si las teorías debieran ser inmunes contra hechos que las refutan o que las falsifiquen. Cuando dentro del psicoanálisis se va construyendo una serie de modelos, los mismos constituyen paradigmas que comparten gran parte de los psicoanalistas del mundo.

En el libro La Interpretación de los sueños (Freud, 1900) se sentaron las bases sobre las que se construyó un modelo de la mente, centrándose especialmente en el estudio de los sueños. En la realización del libro sin duda tuvo mucha importancia el análisis de sus propios sueños que llevo a cabo Freud. Dentro de éstos el más importante es el sueño de la Inyección de Irma, denominado paradigmático, por él mismo.  Aún cuando en la década siguiente Freud elaboró otro modelo del psiquismo, los elementos básicos de los sueños como los conceptos de deseo, investidura y  representación se mantuvieron presentes.

Dentro de estas cuestiones debe tenerse en cuenta que, el término ‘modelo’, puede ser empleado con diversos significados. Metafísicamente ‘modelo’ puede designar el modo de ser de ciertas realidades o supuestas realidades, del tipo de las ideas o formas platónicas. Estéticamente, ‘modelo’ es un vocablo empleado en varios contextos y  con diversos propósitos. Por un lado, el modelo estético puede ser equiparado a lo que el artista intenta reproducir. Por el otro, puede ser lo que el artista tiene en su mente como un ideal al cual trata de acercarse lo más posible. Éticamente, ‘modelo’ designa aquella persona que por su comportamiento y hasta simplemente por su modo de ser lo que es (por su propio ser) ejerce una atracción sobre otras personas. Es por estas razones que puede considerarse a los sueños como un modelo ético, y estético del psiquismo y del soñante.

Dentro de su estructura íntima, los sueños poseen una ética y una estética propia de la persona, que da cuenta de quién es o aspira ser, así como la manera plástica en que se muestran los sueños a sí mismo y a los demás. El sueño es un paradigma de la vida psíquica misma y de la forma en que se tramitan las pulsiones y los conflictos entre deseos, instancias o estructuras.

 Un modo muy común de entender ‘modelo’ es tomar como arquetipo un sistema que sirva para entender otro sistema que sirva para entender otro sistema, como cuando se toma el paso de un fluido por un canal como modelo de tráfico. (Ferrater Mora, 1991). Otro modo de entender ‘modelo’ es tomar como tal un sistema del cual se trata de presentar una teoría. El modelo es entonces la realidad (efectiva o supuesta) que una teoría trata de explicar. Puede haber varias teorías para un modelo y discutirse qué teoría explica más satisfactoriamente el modelo. Puede haber asimismo una teoría para la cual se busque un modelo, así como una teoría que, habiendo resultado satisfactoria en la explicación de un modelo, sea capaz de aplicarse a otros modelos.

            Sin duda, al igual que ‘sistema’, ‘organismo’, ‘teoría’ y otros importantes vocablos centrales del discurso epistemológico, el término ‘modelo’ está afectado por una acentuada polisemia. En este sentido, el manejo un tanto informal y displicente de esa palabra, como si poseyera un significado unívoco, no puede causar más que confusión.

            Si se desea utilizar ‘modelo’ de un modo científico riguroso, se hace necesario proceder a una elucidación del vocablo (Carnap, 1950). Para ello debemos reemplazar el sentido vago de una expresión por uno exacto y nítido. Esto en parte tiene un carácter arbitrario y especulativo, pero debe estar sujeto a la condición de que haya una semejanza parcial pero acentuada entre el nuevo significado y el primitivo. La extensión que ahora posee la expresión debe coincidir apreciablemente con la que antes tenía; considerando a la extensión de un concepto como la clase de las entidades a las que el concepto puede aplicarse.

            La elaboración de modelos sobre el psiquismo partió de la necesidad por parte de Freud de poder comprender racional y coherentemente una serie de hechos que observaba durante su práctica clínica ya que los modelos con los que contaba hasta ese momento no le eran suficientes. Los modelos deben superar el problema de su uso en la actividad cotidiana, así como la necesaria comprensión por parte de otros seguidores que comprendan los mismos y que corroboren su utilidad.

            En general, en todas las ciencias existen diversas teorías, frecuentemente destinadas a explicar diferentes partes o aspectos de una ciencia determinada, si bien, otras veces, distintas teorías intentan dilucidar la misma parte de la realidad desde perspectivas contrarias. La física, por ejemplo,  ha elaborado una teoría corpuscular y una teoría ondulatoria de la luz. Por esto autores como Coderch (1995) se preguntan, no sin razón, si las distintas teorías que existen dentro del pensamiento psicoanalítico intentan explicar diferentes aspectos del psiquismo humano, o si intentan explicar una misma realidad mental desde diferentes perspectivas. De alguna manera, los modelos científicos desarrollados por el psicoanálisis siguen los dos caminos. Existen modelos diferentes para dar cuenta de un mismo hecho, así como el psicoanálisis ha creado innumerables modelos para dar cuenta de las muchas formas de manifestarse la persona. El sueño ha ocupado un lugar central en las distintas teorías y modelos psicoanalíticos que han tomado al mismo como objeto de estudio.

La historia de la ciencia muestra que, en cada época, en una determinada rama del saber, surge y triunfa un paradigma. Los miembros de una comunidad científica poseen y comparten el mismo paradigma. Estudian, publican, investigan y se comunican entre sí sobre la base de este paradigma. Todo el monto de observaciones y experiencias dispersas existentes en la etapa previa a la constitución del paradigma se agrupan entre sí en el momento en que queda establecido el mismo. A partir de este instante, los científicos agrupados por el paradigma trabajan para entenderlo, despejar las dudas que ofrece y aprovechar al máximo las posibilidades que brinda. Todo el monto de observaciones y experiencias dispersas, es denominado por Kuhn, etapa precientífica. La constitución de una ‘ciencia normal’ se origina de la confluencia de la etapa precientífica y la constitución de un paradigma.

 

Eugenio Cornide Cheda

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